Sala de Arte Instituto de Canarias Cabrera Pinto
Del 6 de julio al 29 de septiembre de 2024
Exposición
Exposición retrospectiva dedicada a la obra de la artista tinerfeña Carmen Cólogan, Memoria del átomo. Este proyecto expositivo, comisariado por Eliseo G. Izquierdo, recorre las sucesivas series y los elementos fundamentales que definen y conectan el proyecto artístico desarrollado por Cólogan desde mediados de los años ochenta hasta la actualidad.
Entre las obras seleccionadas se encuentra Retrogadaciones, considerada como la serie pictórica inaugural de su carrera, realizada mientras vivía en Madrid, así como aquellas que la sucedieron en su etapa de retorno a las islas, Huellas y Fulguritas, que marcaron el camino a un lenguaje propio.
La muestra también exhibe las series Oquedades y Espículas donde la artista comienzó a trabajar con pinturas al óleo, manteniendo su interés por elementos ya aparecidos en trabajos anteriores, como las formas cónicas y la combinación de opuestos. Este lenguaje renovado da lugar a piezas como Martirio de Santa Catalina I (2001) y The Barrel Pillory (2001). A esta etapa pertenece Los pinceles de don Pablo (2003), donde recrea el taller de Picasso partiendo de una fotografía realizada por Eduardo Westerdahl hacia 1959.
En este recorrido también se encuentra In Terram Utopican. Drago (2008), cuyo escenario utópico dará paso a obras como Bosque de islarios (2014-2016), en el que la figura del árbol toma protagonismo. Además, se incluyen sus trabajos más recientes como Fulgor en el paraíso (2021) y Raíces fragmentadas (2023), en las que vuelve al origen desde diferentes perspectivas.
El conjunto de obras exhibidas —más de sesenta piezas pictóricas de diverso formato y cuatro piezas escultóricas— pertenecen a coleccionistas privados y a instituciones como TEA Tenerife Espacio de las Artes, Fundación Caja Canarias y el museo LM Arte Colección.
El comisario de la exposición, Eliseo G. Izquierdo, presenta así la muestra:
«A lo largo de cuarenta años como artista, Carmen Cólogan ha pintado su tránsito circular por la memoria: primero, la abstracción de las huellas trazadas por los astros sobre el cielo o de la lluvia y los rayos al entrar en contacto con la tierra, materializadas en polvo, pigmentos y cristales; luego, flotando perpetuos sobre óleo y madera, una particular constelación de objetos diversos, suspendidos en el espacio, lacerando la imaginación de quien los observa latentes y los desea; después, el escenario de la utopía, tan racional como improbable, en el que isla, árbol y jardín imaginan las líneas deseadas de su futuro. Pero, alcanzado el espejismo paradisíaco, se imponía desmoronarlo por imposible.
Precisa en el detalle y empeñada siempre en la perfección del dibujo y el equilibrio entre luz y color, desde la atalaya de su madurez, la reflexión sobre los procesos de transformación que la han conducido hasta las series actuales le lleva a valorar la importancia de lo espontáneo en tanto que gesto esencial. Dibuja ahora con regla irregular, construida con los restos de pinturas que desecha. Regeneración con la que acciona de nuevo el juego de lo fragmentario, la contraposición de lo dual y la exploración de la secuencia, y reencuentros en los que mantiene su diálogo continuo con la elevación, pero que es al tiempo excavación; búsqueda subterránea en torno a la raíz y las partículas originarias.
Carmen Cólogan no pretende trazar una relación exacta de vivencias. Prefiere el camino de la esencia y la síntesis. Solo el recuerdo fundamental, el fulgor de aquel momento inicial en el que todo quedaba por ser encontrado. Mantiene así una búsqueda perenne de lo mínimo, de aquellos átomos incapaces de albergar en sí memoria alguna, pero cuya presencia fundamenta el recuerdo primero de toda idea».
Artista
Carmen Cólogan (La Laguna, Tenerife, 1959) es licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. En sus primeras series partió de determinados fenómenos físicos para experimentar en torno a la materia y sus texturas, inaugurando su tendencia continua al juego entre opuestos, la fragmentación y al trabajo en series.
Recuperado luego el interés por la pintura, en su obra irá desarrollando un atractivo imaginario de objetos yuxtapuestos, de inspiración diversa, en los que el color y la luz, y el referente de la memoria, se sumarán como elementos definidores de su personalidad artística. Luego, el protagonismo lo tendrán el árbol y la isla, que van a transitar por su imaginario en series como In Terra Utopicam, confluyendo más tarde en Bosque de islarios, proyecto artístico expuesto en TEA Tenerife Espacio de las Artes en 2016, y tras el cual la artista ha dado paso a nuevas indagaciones basadas en la experimentación con los pigmentos y la adición de cargas en la pintura, su aplicación sobre fondos de color plano, la síntesis acusada de las formas y el dibujo, y la investigación en torno a la línea.
Trabajadora incesante y precisa, admiradora del pensamiento y la pintura orientales, pero también de figuras como Zurbarán, Yves Klein, Barnett Newman, Giacometti o Agnes Martin, Carmen Cólogan ha participado en multitud de exposiciones colectivas y supera ya la veintena de exposiciones individuales, abiertas en galerías y centros de Canarias, Madrid, Málaga, Sevilla, Alemania, República Checa, Marruecos, Lisboa o Cabo Verde.