Sala de Arte Contemporáneo SAC
Del 14 de febrero al 21 de marzo de 2025
Once alumnas de último curso del Grado en Bellas Artes de la Universidad de La Laguna: Ana Domínguez, Cristina García, Yelitza Robles, Malena Martín, Sofía Martín, Martina Marrero, Gabriela Mayato, Abigail Mederos, Eider Oliva, Gema Peña, Elisa Santos. Curaduría: Ramón Salas.
La posmodernidad estuvo marcada por el lenguaje y la teoría crítica. La metamodernidad lo está por la materia y los afectos. Ambas corrientes coinciden en su deseo de distanciarse del humanismo moderno, pero ahora esa crítica no puede plantearse (solo) en el plano del lenguaje, a todasluces humano, demasiado humano.
Paradójicamente, la confianza en la materia afectiva y la reprobación de la prepotencia del sujeto se ha traducido en formalismo y un reforzamiento de la figura de la artista, que, a menudo, ha seguido ilustrando la idea de un curador. Aquí, la curaduría se limita a tomarse en serio la oportunidad de desplazar el proceso de aprendizaje a la sala.
No para mostrar sus resultados. No utilizaremos la sala como un espacio de exhibición sino como estudio, en el sentido que le damos a este concepto en la facultad: no como taller de trabajo sino como espacio-tiempo de conocimiento. Este planteamiento debería invertir la temporalidad de la exposición, que se inaugurará en la clausura. Las obras llegan a la sala en calidad de formas, allí recuperan su condición de materia y se dejan afectar, a lo largo de un proceso abierto (en canal) e indefinido, deintra-acciones, en las que actantes, humanas y no humanos, se reconocen como efecto y no como causa. Planteamos así un movimiento antropófugo, confiando, con Sarah Ahmed, en que “Things usually happen, when the objects of our theoretical work fall apart, when things get messy”.
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Durante décadas, la Sala de Arte Contemporáneo del Gobierno de Canarias le ha brindado a varias generaciones de jóvenes artistas del Archipiélago la oportunidad de dar a conocer su trabajo. Aunque, en realidad, les ha brindado más la oportunidad de dar a conocer los resultados de su trabajo. En todo caso, esta labor ha sido especialmente generosa con la Facultad de Bellas Artes, con la que siempre se ha tenido especial confianza, no solo por proporcionarles el espacio sino por permitirles ensayar en él formatos que difícilmente se hubieran admitido en otros espacios.
En este caso, una vez más, se nos ha permitido ensayar un formato: intentar, precisamente, no mostrar los resultados del trabajo sino el trabajo mismo. Siempre que acudimos a la inauguración de una exposición nos encontramos con un conjunto de formas realizadas por artistas a partir de la materia. Es ese hilemorfismo –el sujeto da forma y, por lo tanto, sentido, a la materia–el que la metamodernidad trata de cuestionar. Porque esa forma casi inconsciente de pensar es la que está detrás de toda la mentalidad moderna, que privilegia lo humano –la res cogitans de Descartes– sobre la res extensa, materia prima, carente de sentido u orientación, que está esperando de forma sumisa que hagamos algo con ella, que la explotemos. Obviamente, suponer que el arte, actividad humana por antonomasia, pueda superar este planteamiento humanista es sencillamente impensable. Pero al arte le corresponde imaginar, pensar contra el propio pensamiento, metáforas contra el lenguaje.
En esta exposición, planteamos suspender el trinarismo sujeto-forma-materia implícito en el objeto artístico exponiendo los procesos, no metafóricamente –es decir, haciendo obra con apariencia procesual pero inevitablemente “formalizada”– sino realmente, es decir, “procesualizando” la exposición. Las artistas abusan de la confianza de la SAC para invadirla con su propia lógica: un proceso de formación, que circunstancialmente pasa por la sala de exposición, en el que las formas se utilizarán como materia y la materia como idea.
En lugar de darle forma a la materia, trataremos de darle materia a la forma. Colectivamente. Karen Barad corrige el termino de inter-acción, que presupone agentes que existen previamente para luego interaccionar entre ellos, por el de intra-acción, en la que el propio acontecimiento, el encuentro, hace surgir la agencia de algo que no preexistía. No se trata de que las artistas hagan obra conjunta, se trata de que el obrar conjunto haga artistas. Finalmente, la exposición se verá al final, como registro de la propia evolución de este enredo. En la inauguración habrá una clausura: algo cerrado y opaco. En la clausura no sabemos qué habrá, pero confiamos, con Sarah Ahmed en que “Things usually happen, when the objects of our theoretical work fall apart, when thingsget messy”.